GALA Dalí

Las huellas de Gala Dalí recorren, invisibles, las estancias y pasillos del Castillo de Púbol. Regalo de Salvador Dalí, este fue el escenario y el hogar de la artista surrealista entre 1970 y 1980. El Castillo es ahora un laberinto de rastros fantasmales: la memoria de Gala Dalí habita el lugar y lo ronda, como una directora de escena, moviendo en la sombra los hilos del espectáculo.

Jordi Bernadó se adentra en el Castillo de Púbol y rastrea los pasos de una Gala Dalí que tiene tanto de recuerdo como de fabulación. Va tras la pista del fantasma, la mujer, la creadora, la obra de arte, y la invoca en sus fotografías. Las imágenes se centran en los vestidos de la artista, singularizados y retratados de uno en uno, como si en cada atuendo se filtrara la presencia invisible de su portadora.

La colección incluye diseños de alta costura de Christian Dior, Schiaparelli, Givenchy, Oleg Cassini, Howard Greer o Arthur Falkensten, pero también prendas sin etiqueta. Los vestidos son el gesto más esencial del personaje ‘Gala Dalí’, la máscara más íntima, la más próxima a la piel de la artista, la primera capa de su teatralidad.

Las fotografías de Bernadó actúan como superficies de mediación: conectan la máscara con el rostro, el disfraz con el cuerpo. El artista rescata la simbología del espejo en su propuesta expositiva. Las fotografías se expondrán en La Roca Village con una intervención particular: en el lugar donde tendría que ir la cabeza del maniquí —o el rostro de Gala Dalí—, un recorte, y, tras el recorte, un espejo. También podrán verse en el Castillo de Púbol, donde acompañarán la exposición que muestra los vestidos de Gala Dalí.

Gala Dalí's footprints run invisibly through the rooms and corridors of Púbol Castle. It was a gift from her partner, the artist Salvador Dalí, and between 1970 and 1980 Gala Dalí –both an artist and a muse, a woman and an illusion– turned it into a stage for her everyday performances. The Castle is now a labyrinth of ghostly traces: the memory of Gala Dalí inhabits the place and haunts it, like a theatre director, pulling the strings of the show in the shadows.

Jordi Bernadó ventures into Púbol Castle and traces her footsteps, invoking her in his photographs. The images focus on her collection of dresses, which include haute couture designs by Christian Dior, Schiaparelli, Givenchy, Oleg Cassini, Howard Greer and Arthur Falkensten, but also garments without a label. The dresses represent the most essential gesture of the ‘Gala Dalí’ character, her most intimate mask, closest to the artist's skin, the first layer of her theatricality.

Bernadó's photographs act as surfaces of mediation: they connect the mask with the face, the costume with the body. The photographer resorts to the symbolism of the mirror in his exhibition proposal. The photographs will be exhibited at La Roca Village with a particular intervention: in the place where the mannequin's head should be, there is a mirror. They will also be on display at Púbol Castle, whole and without the mirror cut-out, where they will accompany the exhibition showing Gala Dalí's dresses.