LAST & LOST
En esta nueva serie, el fotógrafo y artista Jordi Bernadó contempla los retos ecológicos y energéticos del presente. Las fotografías de Last and Lost retratan escenas de extinción –paisajes velados por el misterio, la ambigüedad o la amenaza–, pero también de esperanza. Cada imagen muestra una realidad que lucha por resistir, o que afirma su pervivencia. Algunas hablan desde la denuncia, otras desde la evocación, la metáfora, o el deseo de cambio.
Alejado de la obviedad y del alarmismo, Bernadó reflexiona sobre el mundo que se pierde y sobre todo lo que todavía puede salvarse; apela a la voluntad humana, al deseo de reconocernos los unos en los otros, de alimentar la vida y de preservar la belleza.
Lac Télé, República del Congo: uno de los lugares más remotos del planeta, que todavía se mantiene al margen de la expansión humana, aislado, salvaje.
Old Tjikko, Suecia: el árbol más longevo del planeta, y probablemente el organismo vivo más antiguo. Bajo la superficie terrestre, se expande un lecho de raíces con más de 9.565 años de vida.
East-West/West-East, Qatar: obra del artista Richard Serra en el paisaje desértico que marca, se cree, la altura a la que llegó en algún momento en nivel del mar. Lo último que queda de esa agua perdida es la huella de un artista.
Danakil, Etiopía: El desierto de Danakil es el lugar más caluroso del planeta. Está situado sobre una grieta terrestre, lugar en que la tierra se resquebraja y empieza a destruirse.
Racetrack Playa, California/Nevada: Las piedras deslizantes de Racetrak Playa son un fenómeno lleno de misterio que deja surcos fantasmales en la tierra.
Barrier Reef, Australia: Considerada el organismo vivo más grande del mundo, la “gran barrera de coral” es una acumulación milenaria de esqueletos de colonias de corales, con más de 600 tipos de coral distintos. Tiene un valor fundamental para la conservación del ecosistema.
Zone Rouge, Francia: Una efigie de la destrucción humana. Campos de batalla de la Primera Guerra Mundial sembrados de explosivos y contaminados por los químicos de guerra. La entrada está prohibida y buena parte de la zona se considera irrecuperable.
Blue Hole, Belice: Rodeado de atolones de coral, el “gran agujero azul” es un sumidero de 125 m de profundidad ubicado en el Mar Caribe. Un abismo marino que es un recuerdo de otra vida, de otro mundo; o un espejo en el que se reflejan, a la vez, la belleza y la inexistencia.
Assale, Etiopía: El lago Assale es el cuerpo de agua con mayor salinidad del planeta. Un paisaje extremo cuya sal guarda la memoria de siglos.
Mar Muerto, Jordania: El Mar Muerto es la desembocadura de una región en conflicto, situado entre Jordania, Cisjordania e Israel. Lugar de fronteras, de tierras en disputa: una suerte de no-lugar.
Paradise, California: Paradise fue arrasada por el incendio más mortal de la historia de California en 2018. Se encuentra en un paisaje devastado por incendios, sequías y la pérdida de biodiversidad. La zona de California se encuentra en la encrucijada de la emergencia climática.
Esperanza, Texas: Esperanza, Texas, está en la frontera entre Estados Unidos y México, un límite fantasmal que poco tiene de certeza, y muchos de quimera.
In this new series, photographer and artist Jordi Bernadó contemplates the ecological challenges of the present. The photographs in Last and Lost portray scenes of extinction—landscapes veiled by mystery, ambiguity or threat—but also of hope. Each image shows a reality that struggles to resist or that affirms its survival. Some speak a language of protest, others are traversed by metaphor, celebration, and a desire for change.
Without giving in to obviousness and alarmism, Bernadó reflects on the world that is being lost and on all that can still be saved; he appeals to our common human will, to the desire to recognise ourselves in each other, to nourish life and to preserve beauty.
Lac Télé, Republic of Congo: one of the most remote places on the planet, still untouched by human expansion, isolated, wild.
Old Tjikko, Sweden: the oldest tree on the planet, and probably the oldest living organism. Beneath the earth's surface lies a bed of roots with more than 9.565 years of life.
East-West/West-East, Qatar: a piece by artist Richard Serra which is believed to mark the sea level that once flooded the desert. The last traces of that lost water is now an artist's footprint.
Danakil, Ethiopia: The Danakil Desert is the hottest place on earth. It sits on a terrestrial rift, a place where the earth cracks and begins to fall apart.
Racetrack Playa, California/Nevada: The sailing stones of Racetrack Playa are a phenomenon full of mystery that leaves ghostly traces on the earth.
Barrier Reef, Australia: Considered the world's largest living organism, the "Great Barrier Reef" is an ancient accumulation of coral skeletons, with more than 600 different types of coral. It is of fundamental value for the conservation of the ecosystem.
Zone Rouge, France: An effigy of human destruction. World War I battlefields strewn with explosives and contaminated by wartime chemicals. Entry is forbidden and much of the area is considered to be impossible to rehabilitate.
Blue Hole, Belize: Surrounded by reef atols, the “Great Blue Hole” is Surrounded by coral atolls, the "big blue hole" is a 125-metre-deep sinkhole in the Caribbean Sea. A marine abyss that is a reminder of another life, another world; or a mirror in which beauty and non-existence are reflected at the same time.
Assale, Ethiopia: Lake Assale is the most saline body of water on the planet. An extreme landscape whose salt stores the memory of centuries.
Dead Sea, Jordan: The Dead Sea is the confluence of a region in conflict, located between Jordan, the West Bank and Israel. A place of borders, of disputed lands: a kind of non-place.
Paradise, California: Paradise was ravaged by the deadliest fire in California's history in 2018. It sits in a landscape devastated by fire, drought and loss of biodiversity. The California area is at the crossroads of climate emergency.
Esperanza, Texas: Esperanza, Texas sits in the border between the United States and Mexico, a ghostly boundary that has little of certainty, and much of chimera.